Un nuevo material podría cambiar la industria eléctrica

En diciembre de 2013 un equipo de investigadores del departamento de Energía de EEUU del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, publicó en su Boletín online un artículo donde explicaban un nuevo hallazgo en el comportamiento de materiales.

 

 

El estudio habla del Dióxido de vanadio (VO2), que ya es denominado por muchos como “el súper material”. Este increíble compuesto metálico es capaz de conducir perfectamente la electricidad sin emitir calor, rompiendo así la “Ley de Wiedemann-Franz”, que dice que un buen conductor de la electricidad es, forzosamente, un buen conductor del calor. 

 

 

Científicos del laboratorio de Berkeley

Científicos del laboratorio de Berkeley. (Marilyn Chung/Berkeley Lab)

 

La diferencia  reside en la manera que tienen de moverse los electrones en este material. Lo explica Junquiao Wu, la cabeza visible del equipo: "En el dióxido de vanadio, los electrones se mueven al unísono, como en un fluido, en lugar de hacerlo en todas direcciones como en los metales comunes". Esto significaría que el calor emitido por este compuesto se reduciría hasta 10 veces, comparándolo con un metal corriente. 

 

El dióxido de vanadio conduce la electricidad sin emitir calor.

El dióxido de vanadio conduce la electricidad sin emitir calor. (Junqiao Wu/Berkeley Lab)

 

 

El compuesto no sólo es capaz de transmitir electricidad sin calor, sino que además, dependiendo de la temperatura, puede pasar de ser aislante a conductor. Esta fase de transición de aislante a metal se produce a 67 grados Celsius y muy pronto podría servir para generar equipos ópticos o electrónicos más rápidos y energéticamente más eficientes. Este extraordinario descubrimiento también podría servir como sistema para disipar el calor en motores al mismo tiempo que generaría energía eléctrica.

 

Algo que también nos ha llamado la atención es que es transparente a temperaturas de 30 grados Celsius y absorbe la radiación infrarroja por encima de 60 grados. Este comportamiento serviría para el diseño de ventanas de edificios inteligentes, que dejaran escapar el calor en verano cuando la temperatura fuese elevada pero se transformasen en aislante térmico en invierno.

 

Y nada más lejos. Este hallazgo afectaría positivamente a cantidad de objetos que utilizamos diariamente y que sufren el inconveniente del recalentamiento, como por ejemplo, nuestro ordenador.

 

Actualmente el dióxido de vanadio se encuentra en estado de prueba para poder empezar a comercializarse. Parece que muy pronto podría consagrarse como un nuevo súper material gracias a su capacidad para cambiar de tamaño, imagen y comportamiento.



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