¿Cuál es tu flexo?

Septiembre es el mes por excelencia de la iluminación. Las horas del día se hacen cada vez más cortas y empezamos a darnos cuenta de que aquella bombilla del baño ya no funciona o que ese rincón de casa necesita una lámpara extra. A todo ello se le junta la vuelta a los hábitos de estudio y al trabajo y comienza así la época de iluminación de escritorio que tiene como mayor protagonista al flexo.

 

¿Qué tienen de diferente los flexos?  

Estas lámparas proporcionan una luz muy focalizada que ayuda a aumentar nuestra capacidad de concentración. Son ideales para realizar tareas como leer, coser, hacer manualidades… son tan necesarios que ya se han hecho un hueco en el mundo de la decoración de interiores. Gracias a esto, la diversidad en estilos de flexos ha aumentado considerablemente, hasta tal punto que elegir entre uno u otro se convierte en una tarea difícil.

 

Aprovechando el momento os queremos presentar los diferentes tipos de flexos que hay en el mercado ¿Con cuál te quedas?

 

El modelo tradicional

Hablamos de los flexos de sobremesa. Se suelen colocar sobre un escritorio o una mesita de servicio. La clave de estas lámparas es su estructura, generalmente flexible y/o articulada, que nos permite dirigir el haz de luz con facilidad.

 

 

 

El flexo pinza

Están pensados para  sujetarse a mesas, escritorios, cabeceros de camas, cuadros... son una alternativa para aquellos rincones donde no exista posibilidad de apoyar la lámpara sobre una base. 

 

 

 

 

El flexo de pared

Es el rey en el aprovechamiento de espacio. Requiere un mínimo de instalación, para anclarlo a la pared, pero el resultado merece la pena. Uno de nuestros favoritos es el tipo extensible. Su versatilidad permite usarlos en cualquier estancia de la casa. 

 

 

 

Vía

 

El flexo de arquitecto

Este flexo es mucho más alto que los demás y por tanto puede proporcionar desde una luz focalizada a una luz mucho más amplia dependiendo de la altura que utilicemos. Lo puedes encontrar de sobremesa, de pinza o de pie. Su brazo articulado te permite colocarlo en múltiples posiciones. 

 

 

 

Vía

 

¿Qué bombilla tengo que usar?

La bombilla suele ser algo a lo que no se presta demasiada atención y en el caso de las lámparas de sobremesa será crucial para ayudar a la concentración. Como ya os contamos en nuestro anterior post “El color de la luz y el sueño”, el color de la luz puede ayudar a mantenernos despiertos o a conseguir el efecto contrario. Para una zona de trabajo nosotros te recomendamos que eches mano de una luz blanca, de entre 3800ºK y 4500ºK, pero si necesitas un esfuerzo extra de concentración para momentos muy concretos, puedes probar con un tono más azul, por debajo de 3800ºK. La luz cálida facilita el sueño, así que sólo te la aconsejamos si lo que pretendes es leer un poco antes de quedarte dormido en cama.

 

Mirando el lado más estético, las lámparas flexo tienen la bombilla a la vista, así que si quieres darle un toque de distinción te invitamos a echar un ojo a nuestras bombillas de filamento Led.



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